Sobre Instagram
Hace 7 años borré mi antigua cuenta de Instagram, durante mi primer año de universidad. No recuerdo exactamente por qué lo hice pero sí recuerdo que fue algo súbito, un día me animé y lo hice. Por aquel entonces los stories acababan de llegar a la plataforma.
Continué sin tener IG durante otros tres años más hasta que en 2019 creé una cuenta para tradingberry. El propósito de esa cuenta para nada tenía fines personales aunque durante un tiempo estuvo un poco mezclado, de vez en cuando interaccionaba con amigos.
Desde 2019 hasta 2022 la cuenta fue usada para promover lo que hacía en tradingberry con dudosa efectividad, pero eso es otro tema del que hablaré luego. La forma en la que usaba la plataforma era muy distinta a mi anterior época, aquí ya no había fotos en el espejo o memes, se podría decir que el uso estaba dentro de lo que se espera que haga una ‘cuenta de instagram profesional’ y no una personal. Esto condicionó bastante mi forma de entender la plataforma y me dotó de una óptica bastante distante a las personas a las que me dirigía. Yo sentía que lanzaba mensajes al aire y que quizás alguien los atraparía, pero en ningún momento pensaba que ahí, detrás de esas pantallas, había personas escuchándome.
En 2022 decidí no continuar con tradingberry y me hice una cuenta personal, la que a día de hoy mantengo. Recuerdo que pasé por un período largo de adaptación, ya no estaba usando IG para vender algo (¿o sí?) sino para conectar con otras personas. Fue algo difícil para mí ya que desde hacía más de cinco años no había usado Instagram como una ‘persona’ sino como una ‘empresa’. Recuerdo que mis movimientos en la app suscitaban las risas de mi novia y de mi hermano.
Ahora puedo decir que ya me he acomodado un poco a lo que es ser persona en Instagram hoy en día, aunque conforme ha pasado el tiempo me he ido planteando cada vez más qué función tiene esta app para mi persona.
Creo que durante todo el tiempo que yo dejé de ser persona en la app, la plataforma redefinió de forma bastante brusca lo que era y lo que no era. Cuando yo lo dejé, los reels no existían, las historias acababan de empezar y todavía seguíamos metiéndonos en la app a ver que habían subido nuestros conocidos a la hora y día estipulados por tu entorno, y sí, cuando ya te habías acabado el feed cerrabas la app y seguías con tu vida.
Hoy en día creo que hay dos variantes en la app, que solo con cierta distancia he podido apreciar. Existe el instagram de las personas y existe el instagram del entretenimiento. Y el problema al que yo me he enfrentado (uno de ellos) es a aprender a distinguir ambos, y sobre todo, a adecuar mi uso a cada uno de ellos. Si yo estoy en Instagram para saber lo que está haciendo mi colega que vive en otro país genial, pero si estando para ello en cambio me acabo encontrando en un rabbit hole sobre herramientas, coches o cocina, ahí es donde viene el problema.
Y por desgracia, la app no está poniendo fácil apreciar esta diferencia. Por suerte están haciendo cosas como poder elegir ver solo a la gente que sigues en tu feed (me enteré de ello gracias a Emily, que ella sí vive en el siglo 21 y me enseñó está función). Al empezar a usarla reconecté con esa sensación que tenía en el pasado y había olvidado, la de terminarme el feed.
La verdad que esta simple herramienta, que gracias a alguna fuerza divina la plataforma ha decidido recuperar, ha hecho que mi uso y entendimiento de IG hayan mejorado con creces. Pero aun así me he seguido encontrando con otro problema.
Como sabemos todos, la plataforma tiene personas y empresas. Y hablando de personas, las personas hacemos cosas (o al menos eso es lo que algunos queremos mostrar en nuestro Instagram). Claramente esto de por sí puede acarrear unos conflictos en los que no me voy a meter ahora. Lo que sí quiero abordar es el hecho de que por alguna extraña razón (quizás sea yo el único que lo ve así , aunque no creo) hoy en día entendemos que IG es la única solución, y la única alternativa. Sea lo que sea que hagas, tienes que estar en IG y tienes que enseñarlo en IG. ¿Por qué? ¿Cómo hemos llegado a esto? Hemos llegado al punto en el que antes siquiera de dar el primer paso en el mundo real sobre tu nuevo proyecto ya tienes una cuenta de IG creada para ello.
Dedicamos mucho tiempo a la plataforma, algunos incluso le llamamos trabajar a crear un post, o una serie de historias, really? ¿Y para qué? Si cada vez es más difícil incluso atraer la atención de tus personas más cercanas en la plataforma. ¿No estarían mejor dirigidos nuestros esfuerzos en otras actividades? ¿No existen mejores medios? Hablando de medios digitales estoy seguro de que sí; los blogs (los que no están llenos de basura claro, los de personas como tú y yo) siguen vivos, hay foros, hay otras plataformas (muchas que seguro desconozco). Hay formas, estoy seguro de que hay formas todavía en las que el medio digital es una buena copia del real, en el que tus esfuerzos con una persona siguen teniendo una repercusión real. Donde dar y recibir siguen estando conectados. Una relación real, una que satisfaga.
Todavía todo son dudas sobre a dónde me debo dirigir. Esto es una cuestión que ya me planteaba en la época de tradingberry, pero por aquel entonces desde la óptica del negocio. Hoy en día la óptica es otra, hablo de conectar con personas de verdad, de hablar de esto y de lo otro, de conocer y de descubrir. Internet tiene miles de cosas buenas, una de ellas siendo precisamente esta, que puedo conocer sobre la vida de alguien sin necesidad de vivir en el mismo barrio, o mantener el contacto con amigos que viven en el otro lado del charco. Solo quiero eso, quiero llevarme el mundo real al digital, y no perder cualidades por el camino.
¿A dónde quiero llegar con esto? Pues bien, por suerte con la herramienta que me enseñó Emily mi uso ha mejorado mucho, aunque también ha influido enormemente mi cambio de mentalidad. Por el momento no tengo ni idea de qué voy a hacer en el mundo digital. En lo ‘personal’, sé que seguiré usando mi cuenta de IG, de una mejor forma creo. Le voy a dar más importancia a mis webs y a Ocurre, para intentar mostrar lo que quiero y conectar con las personas a las que (creo) que sí intereso. Y sobre todo, voy a no olvidarme del mundo real y de las conexiones que creo en él, como la que he hecho con mi panadera del pueblo a fuerza de mal hablar francés con ella durante 4 meses. Ya se atreve hasta a preguntarme ‘¿qué tal?’ en español y a responderme ‘excelente’ cuando yo le pregunto ‘ça va?’.
Respecto a cuentas ‘profesionales’: para vigas tengo una cuenta en IG que no uso ni pretendo usar, en poda.server no lo vamos a usar (una de las mejores decisiones que tomamos desde el principio, ya que observamos que carece de sentido para nuestra actividad estar ahí, lo decidimos en agosto de 2022) y respecto a Dimanche, sí que creo que tiene sentido, y más que nada porque creo que tiene un sentido personal. Utilizo la cuenta para compartir mi pasión por los objetos (en Dimanche concretamente los que subimos a la tienda), su historia, lo que hacemos o incluso historias graciosas que suelo inventarme para los captions. También hago muchos diseños o cosas que en IG encuentro una excusa para compartir. Me gusta hacerlo así que no tengo problema, y a su vez, no tengo expectativas para ello. No espero nada de ello ni me pongo ninguna metas. I just ‘do’. And I’m happy doing there.
Espero que se entienda que esto no es ninguna crítica a la plataforma, es más bien una reflexión sobre el uso que yo le doy. La plataforma vive sin mí y soy yo el que decide usarla y establecer mis términos, como en cualquier otra cosa.
Por último, cualquier insight sobre alternativas que puedan cumplir con el propósito de conectar con más personas de una mejor manera son bienvenidas, así que si conoces plataformas/foros/webs/lo que sea/ o se te ocurre alguna idea sobre cómo conseguirlo no dudes en contactarme.
Yo uso mucho el correo aunque a veces es un poco frío, sobre todo el primer acercamiento. Creo que un acercamiento dentro de un contexto (con ambas partes teniendo referencias el uno del otro) puede ser más fructífero.